La franja territorial y de crecimiento cercano al AIFA ofrece un lienzo en el cual se puede trazar una visión audaz de oportunidades para el “nearshoring”.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), sin lugar a duda, se ha convertido en un epicentro de discusión y esperanza en el ámbito tanto político como económico de México. Bajo el decreto emitido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca reducir la actividad en el saturado Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM) para potenciar las operaciones en el AIFA, y el relanzamiento de la línea aérea Mexicana, se plantea un escenario histórico en el que el estado de Hidalgo pueda consolidarse como un actor clave en el desarrollo industrial y logístico del país.
Observemos ejemplos cercanos: los estados de Jalisco y Nuevo León, que han logrado posicionar sus zonas industriales próximas a los aeropuertos, como polos de desarrollo.
Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, se ha consolidado como una potencia industrial y tecnológica gracias a su ubicación estratégica y su cercanía al Aeropuerto Internacional de Guadalajara (además de su planeación ordenada y su estrategia de incentivos). La visión orientada hacia la generación de empleo y el apoyo a la industria ha permitido que el municipio se fortalezca con el tiempo.
De manera parecida Apodaca, Nuevo León, ha capitalizado la proximidad de su zona industrial al Aeropuerto Internacional Mariano Escobedo. Esta sinergia geográfica ha permitido que empresas nacionales e internacionales establezcan su presencia, impulsando la economía local.
Hidalgo, con su posición geográfica privilegiada, se encuentra en una encrucijada que podría replicar tales éxitos. La franja territorial y de crecimiento cercano al AIFA ofrece un lienzo en el cual se puede trazar una visión audaz de oportunidades para el “nearshoring”. El estado
debe abrazar la oportunidad de transformar los municipios circundantes, desde Tizayuca hasta Zempoala y desde Tepeji del Río hasta Tlaxcoapan.
Esta visión se materializó en un gran proyecto que presentó el pasado 19 de mayo del 2023, el gobernador Julio Menchaca junto con la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum: “El corredor logístico industrial de la Zona Metropolitana del Valle de México”.
Cabe destacar que esta región cuenta con 1) gasoductos que cruzan desde el oriente del estado hasta la refinería de Tula de Allende, 2) vías ferroviarias concesionadas a Grupo México y Kansas City Southern (al igual que una Terminal Intermodal en Atotonilco de Tula, administrada por Hutchinson Ports), 3) el Arco Norte atravesando todo el estado a lo ancho, 4) energía eléctrica en disponibilidad inmediata y 5) reservas de agua y proyectos para incremento de disponibilidad. Todo esto crea las condiciones para establecer una infraestructura industrial robusta, aprovechando la cercanía con la zona norte de la Ciudad de México y la zona este (industrial) del Estado de México.
Hidalgo está destinado a convertirse en un punto neurálgico para el sector logístico. O mejor dicho, para ser el rey del “nearshoring”.
El AIFA no solo aliviará la congestión del AICM, sino que también generará un flujo de oportunidades económicas. La visión de una zona industrial potente al norte del AIFA y un área habitacional en el sur es una fórmula probada para el éxito. No podemos subestimar el potencial transformador que esto podría tener en la economía y el desarrollo regional.
Es momento de que Hidalgo asuma el papel protagónico que le corresponde en esta nueva era. La historia está siendo escrita. La visión audaz, la planeación estratégica y el enfoque en la industria serán los pilares que nos permitirán aprovechar esta oportunidad histórica de llevar a Hidalgo a ser potencia.
Miguel Ángel Tello Vargas