Durante el último año el tema que dominó las discusiones sobre economía y negocios es el ya muy famoso “nearshoring”, sin embargo, muchas personas aún se preguntan a qué se refiere dicho concepto y cuál es exactamente la oportunidad para el país y específicamente para el estado de Hidalgo.

Durante la pandemia de covid-19, existieron innumerables inconvenientes para la logística y el transporte de insumos para las fábricas e industrias, esto debido a las restricciones laborales y de movilidad impuestas por muchos países, mismas que se tradujeron en costosas interrupciones de las cadenas globales de suministro de bienes; por otro lado, nuestro vecino y principal socio comercial, Estados Unidos de América, ha declarado que para garantizar la continuidad de estas cadenas, todo este ecosistema debe ser considerado no solo como una cuestión de comercio, sino de seguridad nacional, es decir, un asunto de Estado.

“Nearshoring” es la expresión en inglés usada para referirse a la estrategia de las empresas para fabricar más cerca del mercado donde venden sus productos. Si décadas atrás la tendencia fue el “offshoring” (llevarse las fábricas a China para producir más barato), ahora la tendencia es el regreso hacia zonas geográficas más cercanas.

Es en este contexto, que ha surgido una muy fuerte demanda de espacios para el almacenamiento y la fabricación de insumos por parte de la industria estadounidense, que apoyado por su gobierno, ha emprendido una agresiva estrategia para relocalizar sus unidades de negocios que anteriormente se encontraban en Asia.

En términos muy sencillos, la idea es que las fábricas y sus productos se encuentren lo más cercano a los centros de consumo y para dejarlo muy claro ninguna nación es más cercana ni tiene mejores conexiones aéreas, terrestres, ferroviarias y marítimas con Estados Unidos que México.

Para nuestro país esto puede significar, según un análisis del banco británico Barclays, un aumento en las exportaciones de hasta un 38% anual, lo cual se reflejaría en una derrama económica nunca antes vista para aquellos estados que puedan ofrecer sitios que cumplan con las demandas de la industria estadounidense.

Sin embargo, no todas son buenas noticias, aunque muchos estados de México han desarrollado grandes espacios industriales (según cifras de CBRE, en México existen 57.4 millones de m2 en comparación con los 33 millones de m2 disponibles en los principales países de Sudamérica) la tasa de disponibilidad para muchos estados es mínima. Es decir, prácticamente ya se ha agotado la oferta disponible para parques industriales, sobre todo en el norte de México.

Esta mínima disponibilidad de espacios físicos constituye una barrera muy difícil de superar, sobre todo en cuanto a la exigencia de inmediatez que demandan los empresarios norteamericanos; en segundo lugar, es necesario analizar, que no solamente es la carencia de lugares aptos lo que puede inhibir la inversión, sino que también hay que agregar otros factores más importantes aún: la falta de agua para uso industrial y, sobre todo, la capacidad instalada de energía eléctrica.

La estrategia instrumentada hace décadas para la industrialización del norte del país ha sido tan buena que prácticamente ya han agotado su oferta (son víctimas de su propio éxito, citando un clásico).

Es en este contexto que hay que pensar que la estrategia idónea para poder aprovechar esta coyuntura histórica pasa por aprovechar los recursos existentes en el centro y sur de México.

Contrario a lo que se piensa, Hidalgo tiene grandes ventajas comparativas respecto a otros estados de la república, la más importantes sin duda es su ubicación geográfica, que permite conectarnos con el mercado más grande del mundo (CDMX) en una hora y media, alcanzar puertos (Lázaro Cárdenas, 5 horas; Manzanillo, 7 horas; Tuxpan, 3 horas; Veracruz 4 horas; Tampico 6 horas) y fronteras (Matamoros, Reynosa, Piedras Negras y Nogales) en cuestión de horas a través de la infraestructura carretera. Pero, además contamos con infraestructura ferroviaria que actualmente nos conecta con todo el país y que sigue creciendo, debido a que el gobierno estatal y federal actual (y posiblemente el siguiente) seguirá invirtiendo en el desarrollo de la industria y sus vías de comunicación.

Aunado a ello, el estado cuenta con una superficie total de poco más de 1,000 hectáreas de parques industriales, con disponibilidad inmediata, además de tener grandes dotaciones de agua, y sobre todo capacidad de energía instalada para proveer a todos los inversionistas, específicamente para aquellos especializados en los sectores de manufactura especializada.

Además, hoy en día es importante decir que Hidalgo es uno de los estados más seguros de México. Contamos con una de las infraestructuras de video vigilancia y red de fibra óptica más importantes del país, que este año tendrá un crecimiento sustancial, gracias al liderazgo del Gobernador Julio Menchaca.

Y, sobre todo, el estado de Hidalgo cuenta con lo más importante para el desarrollo de inversiones, el talento humano especializado. Somos el tercer lugar a nivel nacional en cantidad de ingenieros y técnicos per cápita que se generan en las instituciones educativas, solamente por debajo de Querétaro y Tamaulipas. En las escuelas se desarrollan poco más de 6 mil técnicos al año, que logran graduarse de carreras que tienen afinidad a las distintas industrias actuales y del futuro.

Sin duda alguna, la frase del gobernador Julio Menchaca es una convocatoria a la historia, un llamado a la prospectiva, una meta alcanzable.

Hidalgo será potencia.                                    

Miguel Ángel Tello Vargas

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