Red, datos y futuro para todos

Me gustaría que el lector se imagine un escenario ficticio. En una comunidad, existe un árbol que continuamente da frutos, estos son variados y sumamente nutritivos para la población. Su consumo puede hacer que los niños sean más sanos, los adultos más productivos, y que en general todos tengan una mejor salud. A consecuencia de ello, habría una comunidad con una mejor calidad de vida, menos preocupada por cuestiones tan básicas como la de qué puede comer hoy.

 

Sin embargo, el árbol es tan alto y su forma es tan compleja y enmarañada, que la mayoría de los pobladores, que no tienen recursos para acceder a sus frutos, se quedan sin ellos. Solo aquellos que tienen una escalera sólida y herramientas para no caer pueden disfrutar de ellos.

Expongo este ejemplo como una metáfora de lo que puede suceder si digitalizamos muchos procesos gubernamentales (el árbol de frutos ricos y variados), pero no logramos eliminar la brecha digital y tecnológica (la imposibilidad de que una gran parte de la población acceda a los frutos del árbol), que aún hoy tiene un impacto significativo en nuestro país.

 

En este sentido, la brecha digital y la brecha tecnológica se refieren a las desigualdades que existen en el acceso, uso, calidad y formación en las TIC, y a la disparidad que existe en el uso o posesión de instrumentos de dichas tecnologías de la información y comunicación.

Esta brecha está determinada por varios factores. El primero es el acceso a la infraestructura. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), en 2023 el porcentaje de mexicanos mayores de seis años que usan internet en algún tipo de dispositivo es de 81.2% de la población.

Esto es una buena noticia, ya que el porcentaje ha aumentado en comparación con otros años, pero también representa un reto para el factor determinado por los recursos económicos. En este rubro se detecta que solo el 43.8% de los hogares dispone de algún tipo de dispositivo para conectarse a internet (laptop, tableta electrónica o computadora de escritorio).

Por lo tanto, la capacidad económica es algo que condiciona el uso y la calidad del servicio de internet al que las personas tienen acceso.

Otro dato revelador de la desigualdad que aún prevalece es que los estados con menos usuarios activos de internet son aquellos con mayores índices de pobreza, desigualdad y regiones rurales, como es el caso de Veracruz, Oaxaca y Chiapas.

No solo es importante trabajar en la infraestructura y en la desigualdad en el acceso a las TIC, también es fundamental entender que el aprendizaje y el desarrollo de habilidades en el rubro tecnológico y de internet están relacionados con la edad. De acuerdo con la ENDUTIH, estas habilidades desarrolladas por ciertos grupos de la población aún son un desafío. Aunque ha habido un incremento en el porcentaje de usuarios de edad adulta, hasta 2023, las personas mayores de 45 años son aquellas que tienen menores porcentajes en el uso de internet.

Estos datos nos muestran en general porcentajes alentadores, pero también diferentes retos para que las personas logren acceder a los servicios de digitalización que los gobiernos de la Cuarta Transformación promueven con mucha fuerza. Recordemos que la tecnología pública, que contribuye a establecer el gobierno digital, abierto y la simplificación administrativa, por poner algunos ejemplos, son mecanismos que permiten el acceso y ejercicio de derechos, como sacar un acta de nacimiento de forma rápida y eficiente, generar el registro de algún recién nacido, o el acceso a la salud mediante la facilitación para realizar los trámites administrativos.

Por ello, es importante trabajar no solo en el árbol que promueve una serie de ventajas para la población; también es fundamental construir condiciones y oportunidades para que, sobre todo, los más desaventajados de nuestra sociedad puedan alcanzar los frutos que nos brinda la tecnología y así salir de las condiciones de pobreza y vulnerabilidad. No olvidemos que millones de mexicanos han confiado en este proyecto porque están convencidos de que no hay otra forma de mejorar al país que mejorando la calidad de vida de los que menos tienen.

 

Miguel Tello

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